miércoles, 4 de marzo de 2009

Fallecimiento de mis padres




En 1618 exactamente el 24 de agosto fue una fecha muy triste para mí, ya que murió mi padre, una de las personas que yo más quería en el mundo. Él, cuando yo era pequeño, siempre me llevaba al campo, y allí nos lo pasábamos muy bien, me montaba en su mulo y en su vaca, me daba un gran paseo por toda el campo y cuando llegaban las 3 nos comíamos el talego que mi madre nos preparaba, siempre me echaba en el mío chorizo porque me gustaba mucho y también patatas. A mi padre le echaba vino y algo de olla. Cuando terminábamos de comer íbamos a ordeñar las vacas, para así cuando terminásemos de trabajar un poco, nos bebiéramos un vaso de leche fresca. Por eso ahora no me puedo creer que esté muerto, cada vez que lo pienso me da mucha pena. El día de su muerte nosotros lo vestimos con su mejores ropas. La imagen de cuando lo cogieron y lo metieron en ese ataúd de pino y cerraron la tapa con la cruz de pino más oscuro, ahí ya asumí que mi padre no iba a volver. Yo me vestí todo de negro y en la iglesia no paré de llorar mientras que el cura daba la misa. Cuando acabó lo llevamos en hombros y al llegar al cementerio y meterlo en la fosa se me escapó un grito de impotencia por no poder hacer que mi padre volviera. Cuando llegamos a mi casa, mi madre nos prohibió salir de casa y teníamos que estar en la oscuridad ya que cortaron la luz. Dos años después, un 20 de febrero murió mi madre, esa fue otra gran perdida ya que también significaba mucho para mí, ella a su manera me satisfacía todo lo que pudiera. A veces iba con ella a lavar la ropa al río y yo mientras cazaba peces con una punta de hierro atada a un palo. Cuando llegaba a casa mi madre los hacía en una hoguera y todos nos lo comíamos juntos. Pero esto también se ha acabado. Sacaron el ataúd de mi padre para meter a mi madre junto a él, la misa también fue muy triste pero ya estuve un poco más sereno. A mi me costó trabajo seguir con mi vida, me estuve recuperando poco de la pérdida de mis padres, a los que yo quería con toda mi alma. En este mismo año escribí la Villana de Vallecas, uno obra que me la podía haber trabajado más pero, con todo lo que sucedió con mi madre no tenía fuerzas, pero si no la escribía no tenía de que vivir. Un año después por fin acabé la obra de los Cigarrales de Toledo pero no la pude publicar hasta el 1624. Esta obra sí fue muy popular, ya que me había recuperado de las muertes de mis padres, me puse un reto de subir el número de compradores con respecto al libro anterior, así fue. En el 1622 participé en la política de la orden, donde escribí a la justa poética varios versos en honor a San Isidro, para mi gusto muy buenos, pero los graciosos del jurado decidieron que no ganara, yo creo que eso fue porque los habían comprado, pero bueno a mí me dio igual porque yo me consideré vencedor. Un año después escribí el Sótano y el torno. Fue un libro muy bueno, estaba bien redactado, con un argumento bueno.... la cuestión es que tuvo éxito que es lo que a mí me beneficia porque así gano más dinero y me da para algunos caprichos.
En el 1624 además de producir la obra de los Cigarrales de Toledo también introduje algunos textos. Uno de ellos fue el vergonzoso en Palacio.


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