lunes, 2 de marzo de 2009

Dias en el convento madrileño de la Magdalena

Hace 18 años mi hermana Catalina profesó en el convento de la Magdalena de Madrid. Cuando mi hermana me escribía cartas, me contaba que ese convento no le gustaba mucho, que tenía muchas grietas en la pared, estaba humedecido, la comida no estaba buena y encima olía mal. Todas las noches cuando me escribía las cartas me reía un montón cuando me contaba sus historietas y lo que le había pasado esa jornada.
Pasaban los días y yo escribía y escribía, hasta que llegó ya en 1606 la fecha en el que volví a ingresar en el convento de Toledo, allí me aburría mucho, solo tenía que hacer obligaciones que a mí no me gustaban y así siempre, pero uno de los días más felices que he pasado en ese convento fue cuando celebré a mis 27 años, no me regalaron muchas cosas pero uno de mis regalos me gustó mucho, lo que más me gustó fue la fiesta de cumpleaños que me prepararon, había toda clase de manjares, me lo pasé muy bien. Ese mismo año produje piezas teatrales, que me costó lo suyo, ya que cuando tenía algo de tiempo libre me ponía a trabajar pero menos mal que al final le gustó al público.





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